Módulo 4. La igualdad de género en las adminisraciones
DESDE
LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. QUE HARÍA YO PARA LA IGUALDAD ENTRE MUJERES Y
HOMBRES.
Contando
la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de Marzo, que ya es un éxito en sí, para la
Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres con fundamento en el artículo 14 de la
Constitución Española de 1978 donde se proclama el derecho a la igualdad y a la
no discriminación por razón de sexo y, con el artículo 9.2 que consagra la
obligación de los Poderes Públicos de promover las condiciones para que la
igualdad del individuo y de los grupos en que se integran sean reales y
efectivos. La igualdad entre ambos sexos se considera un principio universal
que es reconocido en diversos textos internacionales sobre Derechos Humanos,
así como el II Plan para la Igualdad entre ambos sexos, mujeres y hombres, en
la Administración Pública y, por tanto, reconociendo tanto al hombre público
como a la mujer pública, con lo que todo esto implica.
Sin
embargo, una cosa es lo plasmado en un papel y otra muy distinta lo que en la
práctica se lleva a cabo, existiendo en muchísimos casos una clara
contradicción ya que el Estado español como Estado social y democrático no
ofrece en muchos casos, la respuesta adecuada a la discriminación que sufren
muchas mujeres públicas en el ejercicio de sus atribuciones en el día a día.
Pero aclaro que en los últimos tiempos, son cada vez menos los casos y que no
hay que cesar en el empeño de todos para que ello no vuelva a producirse, y si
se produce, reaccionar con eficacia, celeridad y justicia.
Aún en
nuestros días, el machismo sigue fuertemente implantado en nuestra sociedad,
“
supuestamente avanzada” y en todos los estratos sociales y sectores de la
sociedad, por lo que la Administración Pública no es la excepción.
Yo,
como funcionario público, abogaría por hacer una evaluación continua de las
políticas desde la perspectiva de género, contando con las experiencias reales
vividas por aquellas mujeres que desgraciadamente han sufrido dicha
desigualdad, en mayor o menor medida, e implicándolas en las posibles
soluciones para evitar que se repitan, con políticas de prevención de la
desigualdad, concienciando a toda la sociedad, básicamente partiendo desde la
infancia en las escuelas, donde radica mayoritariamente el problema, con una
educación mixta y totalmente igualitaria. Y desde esa raíz donde hasta ahora
están surgiendo todos los problemas, porque es realmente una cuestión de
educación y mentalidad, llevar a cabo un seguimiento a lo largo de la vida
educacional de niñas y niños hasta su edad adulta, inculcándoles valores y
principios de igualdad, al igual que cambiar con la implantación de leyes y
reglamentos adaptadas a los nuevos tiempos, en todos los sectores
socioeconómicos y, por supuesto, en el entorno privado y familiar para así, que
no haya ningún resquicio o vacío legal en esa ansiada y necesaria igualdad que
conllevará un futuro más justo y prometedor para el conjunto de la sociedad.
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